La pasada semana os presentábamos a Antonio Quinzán, autor de Viajes y Fotografía. Con él nos acercábamos a sus inicios como viajero y a sus experiencias en América. Hoy hablamos de cómo la historia le acerca a los destinos, de sus lugares predilectos y de su último viaje, que no el definitivo.
Escenas de El Zócalo, México DF.
Como licenciado en Historia, ¿Hay algún país cuya historia te fascine en especial?
Hay dos países que me fascinan y que he podido conocer en profundidad. Por un lado está México, con la superposición de los legados históricos de los pueblos prehispánicos y de la época de la colonia. Ambas influencias están tan presentes que es imposible no sentirse asombrado ante la riqueza de ambas. El día a día de México está tan impregnado de la fusión de las diferentes culturas, tradiciones y gastronomías que es imposible no sentirlo ni vivirlo.
Antonio en Teotihuacán
Por desgracia se ha promovido a lo largo del Siglo XX un proceso de aculturación o de manipulación histórica que intenta hacer desaparecer parte de ese legado. Los 300 años de historia común han sido denigrados hasta tal punto que se ha intentado crear un vacío histórico, como si la historia de México sólo existiera hasta la el fin del imperio Mexica y volviera a surgir tras el proceso de la Independencia. Sólo hay que ver el número de estudios y libros editados en México al respecto o echar un vistazo en las librerías y ver de qué Historia de México se está hablando. En este caso la creación de una identidad nacional ha pasado por el rechazo, el ocultamiento o el desprecio a una parte de su herencia que está ahí, a la vista de todos, riquísima y deslumbrante.
Por otra parte en el Yucatán mexicano se conserva una gran parte del legado histórico de otra de las culturas mesoamericanas más importantes: la maya. Chihén Itzá, Tulum, Cobá, Palenque…son sólo algunos de los principales yacimientos históricos de esta cultura cuya decadencia entre los siglos XI y XIII no supuso la desaparición de muchos de sus rasgos identitarios.
Y aquí enlazo con el otro país que me tiene fascinado: Guatemala. Aquí la cultura maya se mantiene viva en sus pueblos, en sus mercados, en sus gentes. No consigo salir de mi asombro cada vez que viajo a este pequeño país para descubrir que los descendientes de los que construyeron la maravillosa ciudad de Tikal o levantaron las estelas de Quiriguá siguen ahí, celebrando parecidos rituales y compartiendo viejas creencias y formas de sentir.
Ambos países forman parte de la Ruta Maya que he tenido la suerte de ir descubriendo poco a poco a lo largo de 20 años de viajes.
Lago Atitlán, Guatemala
Tu último viaje te ha llevado a Ecuador. ¿Qué destacarías del país?
Ecuador es uno de esos países que está por descubrir y que atesora una riqueza patrimonial y natural de primer orden. Por ejemplo el centro colonial de Quito fue el primero en ser nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pocas veces he visto una riqueza artística semejante en sus iglesias y conventos. Y no conozco a nadie que no se haya asombrado ante la visión de ese barroco quiteño inigualable.
Por otro lado un tercio del país es selva amazónica casi inexplorada, aunque el debate abierto sobre la explotación petrolífera del área natural de Yasuní está levantando dolorosas ampollas. Otro tercio está ocupado por la cordillera de los Andes con la llamada Avenida de los Volcanes. Nada más y nada menos que 70 volcanes, más de una veintena de ellos todavía activos, que ofrece unos paisajes inolvidables. Y todo ello sin hablar de las gentes que lo habitan, amables y reservados, y sus mercados indígenas como el de Otavalo, uno de los más importantes de América.
Vistas de Guayaquil, Ecuador
El otro tercio es del país está ocupado por las llanuras costeras donde se conservan selvas, manglares, plantaciones de cacao y zonas de playas desconocidas para una gran mayoría. Es cierto que en Ecuador falta mucho por hacer a nivel de promoción turística, profesionalización de las Agencias de Turismo públicas y privadas…y también en temas como la ordenación urbana y la limpieza. No hay que olvidar que hasta hace bien poco era considerado uno de los países más pobres del continente. Sin embargo durante mi último viaje he visto cómo se está invirtiendo en infraestructuras, vías de comunicación o en el tan fundamental y básico alcantarillado. El país entero está en obras mejorando a pasos agigantados y sin duda se convertirá en un destino muy a tener en cuenta en los próximos años, aparte de las más que promocionadas Islas Galápagos, claro.
¿Cuál te gustaría que fuese el siguiente tomo de la serie de libros?
Nueva York
Todavía no lo he pensado. La verdad es que voy a esperar un tiempo prudencial para ver cómo marchan las ventas de “Objetivo: Manhattan” y estudiar si merece la pena seguir con la autoedición. El principal problema de las webs y blogs de viajes como el mío es la financiación. Viajar no tiene por qué ser muy caro, pero viajar mucho como es mi caso sale carísimo. La autoedición de libros de fotografía es un intento de financiar parte de los gastos que conllevan mis viajes y el material de fotografía. Si no es viable tendré que intentar otras cosas, aunque a veces se hacen locuras por “amor al arte”.
Lo que sí tengo claro es que si hay nuevos libros tratarán de temática y lugares diferentes: naturaleza, retrato, arquitectura, patrimonio histórico, imágenes de Instagram…y claro está, países y ciudades de especial atractivo.
Y una cosa muy importante que no olvido jamás. Estamos en la era de Internet, por lo tanto todo lo que escribo o público en la web o por otros medios permanece en el tiempo y es accesible a lectores y viajeros de todo el mundo. Si ofrezco calidad, continuidad y estilo propios creando una “marca personal” reconocible, tarde o temprano sé que mi trabajo se verá reconocido.
Si queréis el trabajo de Antonio Quinzán, también podéis encontrarle en las redes sociales: Intagram y Facebook.
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